El día en que mi amiga Raquel me dijo que «¿Te has fijado? Remueves el café con la cucharilla al contrario que la mayoría. No lo haces como las agujas del reloj, lo haces al revés, hacia la izquierda»
Yo diestra de toda la vida, escribo con la derecha y todo lo demás también, o eso pensaba.
Resulta que no, después del comentario de Raquel, tomé conciencia de mi lado izquierdo.
Mi lado izquierdo es el que: cambia de canal con el mando a distancia, escribe un mensaje de móvil, coge el pañuelo para sonarme, sujeta el teléfono, fuma (a veces), sujeta el vaso mientras bebo, y otras cosas que son un poco intimas…
Después de pensar que era bidiestra, un pensamiento que duró aproximadamente 5 min, me acordé de mi abuelo, el Nano.
Mi abuelo Nano me enseñó muchas cosas, era una persona muy perfeccionista y por ello, un poco quisquillosa, su manera era la manera. Recuerdo que me enseñaba a hacer las cosas «bien». Tengo muy buen recuerdo de él, con sus manías y todo.
Resulta que mi abuelo era zurdo, por eso todo mi lado izquierdo se lo debo a él.