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Y después de un tiempo, uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale y uno aprende y aprende…
y con cada adiós uno aprende.
Jorge Luis Borges