Consiste en un estado de increatividad textual provocada por la inapetencia del cliente por su propia web. Me explico…
Un señor cliente quiere una web. Llega el momento de los requerimientos para crear los textos de su web. Y el tio dice: – ¡hostia! ¿hay que rellenar todo eso?
Pues sí, señor, resulta que ese es mi trabajo y por eso estoy aquí, resulta que hay gente que lee, no mucha pero la hay, ¿no? La comunicación y esas cosas.
El caso es que le preparo un documento de lo más currao con lo necesario para que 1: me entere, 2: me empape, 3: me enamore de lo que vende el señor cliente. (Sin amor no hay copys) Y el tío me manda un triste listado (Esto te lo mando, esto pendiente, esto mailto, etc).
Que poco valorados que estamos los copys… Copys del mundo uníos contra la desidia.
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